Sé quien eres. Cumple el propósito para el que fuiste creado. Si no te pareces a otros, no te inquietes, mejor sé como tú. Siéntete feliz de ser tú mismo. Nada es más ni mejor que eso.
Tu vida es tu viaje. Es tu propio viaje. El itinerario está en tu alma. Nadie más puede decírtelo. El único fuera de ti que puede decírtelo es tu creador y él…él está en ti. Muchos pueden orientarte pero nunca darte su propio itinerario de viaje. Algunos lo que hacemos es ayudarte a leer el que está tatuado en lo profundo de tu ser.
No aceptes itinerarios de viaje que te hagan vivir una historia ajena a la tuya. Tu viaje es tu historia. Tu vida es tu viaje. Tu historia es tu vida. No puedes vivir a través de la vida de otros, tampoco puedes copiar sus historias. Tienes una propia. Vive esa. Vive según tu tiempo, según las estaciones que te corresponde tomar. Detente donde eres llamado, el llamado no es el mismo para todos. Cumple tu propósito.
No has fracasado si eres un maestro a tiempo completo por los últimos veinte años…a menos que el ser maestro no sea tu vocación.
No has fracasado si decidiste tomar un mejor empleo en lugar de emprender el tuyo propio…a menos que hayas nacido para ser emprendedor y en su lugar estás trabajando para alguien más.
No has fracasado si decidiste esperar unos años para tener hijos…a menos que ese haya sido tu sueño y te niegas a cumplirlo esperando mejorar las condiciones.
No has fracasado si estás fuera de las modas, los estándares sociales o las etiquetas…a menos que verdaderamente estés frustrado por no estar donde deberías estar.
Tienes que vivir tu vida, enfrentar tus circunstancias. Tienes que tomar la vida como sea que vino para ti, bajo las condiciones que te tocó vivir y hacerlo sin compararte con otros. Las oportunidades de otros son para ellos, las tuyas son otras. A veces, por estar mirando hacia fuera perdemos la grandeza de lo de adentro.
Si lees tu vida desde la óptica de la mía acabarás frustrado y enojado porque comparas elementos que no cuadran entre sí. Lee tu vida con la óptica de tu propia historia, de tus experiencias, de tus talentos, de tu propósito. Entonces habrá sentido en quien eres y lo que haces; y si fuera que no encuentras el sentido por lo menos estás en el umbral de hacerlo, estás en el lugar indicado.
Es mejor que estés en el lugar correcto avanzando lentamente tratando de aclarar el panorama que estar en el lugar incorrecto y avanzando rápida pero tontamente. Avanza en tu historia, no viviendo los episodios de la historia de otros sino la tuya, viviendo la vida para la que naciste.
Me encuentro a muchas personas confundidas por tantos “expertos” que realmente lo que buscan es hacer dinero a través de sus cursos, forzando a las personas a seguir modelos estandarizados sin respetar la historia de vida de cada uno. Así también están frustrados los estudiantes tratando de decidir el resto de sus vidas a los 17 años, pensando que deben tener todas las respuestas cuando esa sigue siendo una etapa de preguntas.
No es cierto que hay una edad para todas las cosas. La única edad para las cosas es la que tu historia de vida demande. No puedes llevarte esto al extremo porque no puedes seguir siendo adolescente a los cuarenta años pero debes saber que las etapas de vida conjugan muchos factores que le aportan variables a cada historia, haciendo que no pasen las cosas en el mismo tiempo para todos.
Por eso si tienes más de cincuenta y decides iniciar tus estudios universitarios, ¿cuál es el problema? Si quieres cambiar de empleo con apenas un año de estar trabajando ¿cuál es el problema? Si decides empezar a ahorrar para ir de viaje a Europa dentro de cuatro años ¿cuál es el problema? No es tarde cuando se trata de cumplir tu propósito.
¿El problema es el qué dirán? ¿Las opiniones de la gente? ¿Los estándares que nadie se siente capaz de cumplir de manera natural? Puedes liberarte de esos “problemas”. No puedes evitar que alcen su voz pero puedes evitar ponerles atención. Escucha esa voz interna que prácticamente grita pidiendo destacar y vivir de verdad.
Hoy tienes que defender tu historia como defiendes a tus hijos. Tienes que luchar por cuidar tu identidad como luchas por cuidar tu trabajo. A tu alrededor hay una lucha frontal por igualarte a los demás, por someterte a un estándar y hacerte cumplir las normas irrelevantes del montón. Tú sé singular. Sé tú mismo. No te rindas frente al molde social del tiempo. Respeta tu historia. Vive la vida que fuiste llamado a vivir. Vive una vida épica.
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